PISAVERDE

Con el despertar de la conciencia medioambiental de los consumidores cada vez más empresas trabajan por ser sostenibles y respetuosas aunque, en la mayoría de los casos, se trata más de una estrategia comunicativa que de un compromiso por transformar sus procesos productivos. Sin embargo, de entre tanta palabrería emergen algunas excepciones, generalmente de tipo artesanal, para las que el reciclaje y la producción ecológica local son parte imprescindible de su labor. Es el caso de la empresa PISAVERDE, conocida por la tienda Pisaverde en el centro de La Laguna, donde todo el calzado procede de fibra extraída del tallo de la platanera, con tintes fabricados a partir de cochinilla. A pesar de contar con una creación única, el negocio se resintió a raíz de la pandemia y, como "no ha habido una reactivación económica en cuanto al pequeño comercio, estamos en vías de desaparición", lamenta Plácido Alonso, fundador de la marca.

 

Sobre la materia prima que utiliza, este artesano comenta que "en el confinamiento empecé a entretenerme con las plataneras de mi finca. Al principio sacábamos la fibra con un palo pero ahora tenemos nuestra propia máquina de extracción para ir más rápido". Para alcanzar el resultado deseado, Plácido necesitó "investigar técnicas de hilado porque la fibra de plátano es distinta de la lana o el algodón y no se puede hilar como tradicionalmente". En este empeño innovador también crearon "una máquina para peinar la fibra, que la suavizara hasta dejarla como una melena" y también "un telar específico" porque, además de su propia producción, tienen "algunos clientes fijos que nos piden hilo y fibra para tejer".

 

En cuanto al tinte se decantaron principalmente por la cochinilla, una solución tradicional y otrora sector pujante de la economía canaria. "Para los rojos, lilas, azules y morados usamos la cochinilla y el achiote (árbol con semillas que coloran de rojo) y luego mordiente para fijar el tinte como el alumbre, la sal y algún tipo de vinagre", repasa Plácido. La lista de insumos para producir estos zapatos se completa con "pieles de reciclaje, suelas hechas con ruedas usadas, plantillas de cueros naturales e incluso pegamentos con base de agua para evitar disolventes tóxicos". 

 

Solo una tienda

Si bien la producción a partir de plataneras es más reciente, Plácido lleva "más de 30 años dedicado al reciclaje de pieles, suelas o botellas de plástico, con nuestro diseño de Pisaverde". El golpe de la pandemia todavía duele a los pequeños empresarios y, en su caso particular, le ha supuesto perder muchos puntos de venta. "Teníamos 17 tiendas en Europa a quienes servíamos, una tienda propia en Londres, en Camden Town, así como tiendas en todas las Islas", recuerda este artesano emprendedor, cuya presencia a día de hoy, internet aparte, se limita a una única tienda en La Laguna, a la que proveen desde su taller instalado en Tacoronte.

 

"A las pequeñas empresas se nos ha vetado todo porque no llegamos al nivel de inversiones que nos exigen. Somos artesanos, no una industria, casi todos los procesos son manuales y no es un trabajo con el que puedas hacerte millonario", señala Plácido sobre los condicionantes económicos para acceder a incentivos o subvenciones.  con unos requisitos que son inviables para empresas pequeñas", asegura. A todo ello hay que sumar los obstáculos para llevar su producción fuera de Canarias, que complican y a menudo imposibilitan la venta por internet. "El precio de venta aumenta aumenta hasta un 60 o 70% entre transporte, intermediarios e IVA por lo que un par de zapatos que cuesten 130 euros pueden acabar en un precio final de 200 euros y eso disuade a muchos compradores".

 

Según asegura Plácido, el transporte "es una odisea" y la carga impositiva "un despropósito económico" por lo que "no tenemos ninguna capacidad de competir con los productores peninsulares", denuncia. Para ilustrar la situación de las pequeñas empresas en Canarias recurre a una popular viñeta humorística en la que "examinan a un mono, a una vaca y a un elefante sobre cómo escalar un árbol", ejemplifica.

Ser real no está de moda

Ante la incredulidad de algunos clientes sobre su producción a base de fibra platanera, Plácido se está planteando trasladar "parte del taller a la tienda" para poner en valor una labor puramente artesanal. "El proceso es tan mágico que la gente ni se lo cree, se ríen y dudan, creen que es otro souvenir industrial traído de China y ni se plantean que pueda estar hecho con una filosofía de vida". En este sentido señala que, en medio de tanta publicidad engañosa, algunos clientes se muestran reacios a aceptar que la materia prima principal procede del tallo de la platanera. "No está de moda que sea real", lamenta con ironía antes de recurrir a otro ejemplo clarificador. "Es como esos zumos de supermercado que solo tienen un 4% de fruta", compara

 

 

La marca Pisaverde, recuerda Plácido, fue creada como "respuesta rebelde hacia un consumo industrial" que ofrece diseños únicos de creación propia en cada par de zapatos, además de un respetuoso proceso productivo. Todas estas cualidades y particularidades de su producción artesanal le impiden competir en precio con la industria. "A la hora de comercializar, yo no puedo vender zapatos a 50 euros" pero, a pesar de las dificultades, se muestra más que dispuesto a seguir innovando en su "oficio de toda la vida", defendiendo el reciclaje, la producción local y las materias primas naturales. El camino puede ser abrupto y sinuoso, pero a buen seguro Plácido irá bien calzado.

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